La cantante y compositora pone fin a su histórica gira en Vancouver tras más de 21 meses actuando alrededor del mundo
El 8 de diciembre de 2024, 9 de diciembre ya en hora española, quedará marcado para siempre en el calendario de todos los seguidores de Taylor Swift. No es para menos, después de 149 conciertos, 1 año y 8 meses de música y muchas ciudades y recuerdos, la cantante ha puesto fin a su monumental Eras Tour. Desde su inicio en Glendale, Arizona, el pasado 17 de marzo de 2023, hasta este emotivo final, la gira no ha parado de romper récords en todos los aspectos, dando un nuevo significado al término “concierto”. Más de 2.000 millones de dólares generados y una imborrable huella cultural y económica en cada una de las ciudades que visitó.
Otro de los principales iconos de estos conciertos han sido los “friendship bracelets”, llegados a través del puente final de You’re on your own,kid, y que tuvieron un lugar protagonista en estos últimos conciertos a través de unos ejemplares gigantes dispuestos en el exterior del estadio BC Place, en Vancouver. Este fue solo uno de los muchos motivos que mantuvieron las emociones a flor de piel durante todo el evento, algo a lo que la propia Swift colaboró con sus discursos a lo largo de la noche “esta gira ha sido algo irreconocible, un fenómeno basado en tradiciones creadas por vosotros mismos que han trascendido culturas y fronteras”. Lo cierto es que The Eras Tour se ha convertido en mucho más que una gira, es un movimiento que ha cambiado la vida de muchas personas.
Las expectativas eran verdaderamente elevadas, desde nuevos outfits hasta un posible anuncio de Reputation (Taylor’s Version). Durante más de tres horas, Taylor interpretó 50 de las canciones de su repertorio, algo que le permitió repasar por última vez alguno de sus éxitos más emblemáticos e incluir canciones sorpresas de las más esperadas, como fueron Long Live, New Year’s Day, The Manuscript, A Place In This World y New Romantics. Entre lágrimas y abrazos, Karma puso fin a una de las noches más emocionantes, tristes y alegres de los Swifties. Además, y aunque volvieron a ser en vano las especulaciones de Reputation (Taylor’s Version), los rumores sobre un posible documental, o un regreso del espectáculo al cine, se avivaron por la presencia de cámaras sobre el escenario y la repetición de sus atuendos en las tres últimas noches.
Esta gira ha supuesto un gran impacto, tanto en lo musical como mucho más allá de este ámbito. Desde impulsar economías locales hasta alterar las dinámicas sociales establecidas. El fenómeno “Swiftconomics” hizo que la rentabilidad de este tour fuese más allá de lo tradicional. Solamente en Vancouver, el tour dejó ingresos de 160 millones de dólares, además de cambiar la dinámica local de los vancuveritas. De taxistas a empresarios locales de todo el mundo experimentaron el poder de esta gira, dando origen incluso a cursos universitarios.
Aunque ya vayan a pasar al recuerdo todas esas pulseras intercambiadas que ya recorren mundo, esos outfits inspirados en las eras preferidas, el número 13 pintado en las manos, las brillantinas, el nerviosismo por saber la canción sorpresa que iba a salir, la combinación de los outfits de 1989 o las intervenciones Kam en We Are Never Ever Getting Back Together, siempre van a quedarse en un lugar muy especial dentro del corazón de todos los Swifties, tanto de los que tuvieron la oportunidad de asistir en directo como de los que siguieron desde sus casas todos los conciertos.
No todo fue perfecto: los incidentes en Viena, que obligaron a cancelar tres conciertos por amenaza terrorista, y la tragedia en Brasil, donde el calor extremo y las malas condiciones cobraron la vida de una fan, dejaron momentos amargos en una gira marcada por la euforia, la magia, la alegría y la conexión. A pesar de ello, el dolor sentido por la comunidad les generó una mayor unión entre sí, haciendo que el Eras Tour se haya consolidado como un fenómeno que ha trascendido fronteras, idiomas y generaciones.
Difícil poner fin a esta gira, sin embargo, con un “it was de end of an era, but the start of an age”, quedó claro que la cantante tiene todavía mucho que contar, consiguiendo que su música se haya convertido en inspiración y conexión de millones de personas en todo el mundo.
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