María Parrado: "Llenar una sala con 100 o 200 personas que pagan su entrada, que sacan un hueco para verte, que se aprenden tus canciones... Para mí eso es éxito"
- News Bemol
- 23 jun
- 4 Min. de lectura

La artista gaditana presentó el pasado viernes su último single Tiempo al Tiempo junto a Lucas Curotto, una canción que narra mucho más que una simple balada musical
La cantautora María Parrado se encuentra atravesando una de las etapas más intensas pero también más ilusionantes de su vida. En plena gira de verano junto a Cadena Dial, acaba de lanzar su último single, Tiempo al Tiempo, reflejando un giro luminoso tras el desahogo emocional que supuso su anterior disco, Vinilo. El pasado viernes, a unas horas del comienzo de su actuación en Arroyo de la Encomienda (Valladolid), tuvimos la oportunidad de compartir un ratito con ella. Pese al agotamiento, María se mostró entusiasmada: "Estoy cansada, pero feliz. Este verano está lleno de trabajo, pero también de desconexión, por ejemplo, me voy a Uganda."
Esta conversación nos ha permitido conocer más en profundidad tanto el nuevo tema como a la propia María. Cuando le preguntamos por el origen de la colaboración, nos explicó: "Yo seguí muchísimo su edición, su mánager conoce a mi mánager... y yo le dije al mío: ‘David, a mí me encantaría sacar un tema con él’". La elección de esta canción responde a que María ya tiene algunas canciones seleccionadas para su próximo proyecto, y esta era la que más encajaba con el estilo de Lucas. Decidió enviársela completa, con sugerencias para su participación, y el uruguayo le mandó su propuesta: "Me dijo, ‘sin compromiso, si no te gusta tú me lo dices’... y era tan bonito que me enamoró desde el primer minuto."
Mientras tanto, María se encuentra inmersa en la grabación de su próximo disco, un trabajo del que aún no tiene clara su forma definitiva, pero en el que ha depositado grandes expectativas. “Vinilo era un desahogo constante que hablaba mucho de cómo me sentía”, recuerda, “pero ahora me encuentro en un punto completamente diferente de mi vida”. Su nuevo single, Tiempo al tiempo, marca precisamente ese cambio de etapa: una canción que, aunque parte del amor, se convierte en una declaración más amplia de fe y optimismo. “Aunque no veas la luz al final del túnel, va a llegar, todo lo bonito va a llegar”, resume. Para María, las canciones son un reflejo directo de su estado vital, y en esta nueva etapa necesitaba letras con más luz, con un enfoque positivo y real. “Yo creo que los artistas reflejamos nuestra vida personal en las canciones y te trasladan”, añade.
Eso no significa que el proceso creativo haya sido sencillo. De hecho, está siendo intenso y diverso. Algunas canciones ya conocidas, como Casualidad o Besos de mi parte, formarán parte del álbum, pero ha habido muchas nuevas composiciones, nacidas tanto en solitario como en colaboración. “Uno de los motivos por los que fui a Bogotá es para grabar las voces finales y para seguir componiendo”, cuenta. El problema ahora, reconoce entre risas, es que “no se va a quedar casi ninguna fuera”, y lo que empezó como un proyecto de diez canciones ha ido creciendo poco a poco. Aunque todavía no hay una fecha cerrada, el lanzamiento está previsto para finales de octubre, con algún adelanto adicional por determinar. “Dije que el disco iba a tener diez canciones pero me da que no”, bromea, y añade: “Si haces diez baladas, te quedas con tres... pero es que son tan diferentes todas…”
Sin embargo, los conciertos en directo siguen siendo uno de los pilares fundamentales de su carrera, y María cuenta los días con gran ilusión para el concierto del 22 de noviembre en Madrid, una fecha que promete estar cargada de música, emociones y sorpresas. “Estoy deseando, seguro que se vendrá Blas a cantar, o eso espero, Lucas también... y tengo muchas sorpresas”, nos confesaba. Para ella, lo más apasionante de la música es poder compartirla en vivo, ver cómo las canciones cobran vida ante el público. Precisamente, tras asistir a un concierto de Lola Índigo en el Metropolitano, se dio cuenta de que soñaba con hacer un estadio algún día, aunque mantiene una disonancia con esta idea por el valor que le da a la cercanía con el público. “Irme con mi piano, recorrerme el mundo haciendo salas, sentirme en casa aún estando lejos... he vivido eso en Bogotá y ha sido tan bonito”.
Cuando le preguntamos por el éxito, María lo tiene claro: debería medirse en detalles, en esos pequeños detalles cotidianos. “Llenar una sala con 100 o 200 personas que pagan su entrada, que sacan un hueco para verte, que se aprenden tus canciones... Para mí eso es éxito”. Su experiencia en la industria, que empezó a muy temprana edad tras ganar La Voz Kids con apenas trece años, le ha enseñado a entender el camino largo y duro. Comparte la filosofía de artistas veteranos como Antoñito Molina: “Esto es de pico y pala”. Aunque le preocupa la rapidez con la que se consume la música actualmente, donde “los temas se vuelven antiguos en apenas un mes”, tiene claro que la música siempre será parte de su vida. “Mi piano siempre va a estar en mi casa”.
Comments